La verdad sobre el coeficiente intelectual
Consideremos qué es la inteligencia, si tiene un coeficiente y cómo medirlo.
El coeficiente de inteligencia (CI, intelligence quotient) generalmente se determina mediante una prueba especial, cuyo resultado es un número determinado. Estamos acostumbrados a la fórmula de "alto coeficiente intelectual = genio", que se apoya en numerosos ejemplos de las mentes más grandes (Albert Einstein - 200, Garry Kasparov - 190, Stephen Hawking - 160). Pero, ¿es lo contrario verdad? ¿Significa que una persona con una tasa baja está estúpida? ¿Y cuál es el indicador “normal”?
Para entender cómo se calcula el coeficiente intelectual, veamos el historial de la prueba. Hace poco más de un siglo, en 1905, el Ministerio de Educación francés tuvo la tarea de desarrollar una prueba para determinar la capacidad de los estudiantes para aprender. El psicólogo Alfred Binet, junto con otro psicólogo, Theodore Simon, desarrolló una serie de 30 tareas con una carga de trabajo cada vez más. La prueba de Binet-Simon determinó la correspondencia entre el nivel de desarrollo mental de un niño y su desarrollo físico. Significa que el propósito de la prueba es comprender qué tan progresivamente se está desarrollando el niño.
Otros psicólogos se interesaron en su prueba, y en 1916, Lewis Theremin, que trabajaba en la Universidad de Stanford, la modificó. Desde entonces, nos hemos acostumbrado a evaluar el nivel de habilidades intelectuales humanas utilizando la prueba de Stanford Binet. ¿Pero es posible expresar inteligencia por números?
La inteligencia no es solo la velocidad del desarrollo, sino un valor generalizado, que refleja un conjunto de conocimientos y experiencias acumulados y la capacidad de aplicarlos efectivamente en la práctica. Así como la inmensidad de las perspectivas y la diversidad de intereses. El resultado de la prueba puede verse afectado por el estado psico-emocional de la persona que se realiza la prueba, por ejemplo, falta de atención elemental, tensión nerviosa, distracciones o irritabilidad.
Entonces podemos decir que el indicador CI es un valor flexible, inestable, que depende de muchos factores. Al desarrollar las funciones cognitivas del cerebro, expandir regularmente los horizontes, se puede aumentar el coeficiente intelectual general, y viceversa: la inteligencia disminuye sin la carga de trabajo y la alimentación regulares.